El 23 de julio de 1492, los Reyes Católicos cedían la villa de Lúcar al señor de la casa de Aguilar Alonso Fernández de Córdoba. El origen de su poblamiento surgió al amparo de sus fuentes y manantiales. Se habla de un ininterrumpido poblamiento desde las épocas prehistóricas.
Su heráldica, bellísima, nos muestra, como señala Navarro Gómez, «Un escudo partido. Primero de plata, un águila de sable. Segundo de oro, nueve árboles de sinople en tres fajas de tres árboles cada una. Timbrado de corona real cerrada». Añade el autor que el origen de los cuarteles está en las armas de Aguilar, Marqués de Villena.
En efecto, el 23 de julio de 1492, los Reyes Católicos cedían, entre otros lugares y villas, la de Lúcar al señor de la casa de Aguilar Alonso Fernández de Córdoba.La referencia de su toponimia encaja con esa tradición histórica de la Sierra de Lúcar, sierra de bosques, aunque hoy sea recuerdo de un paisaje de pinos, pero que conocieron una esplendorosa floresta hasta la época moderna, no en vano se documenta en el Libro de Apeos de 1571 su aprovechamiento forestal.
"Calle de Lúcar"
El origen de su poblamiento al amparo de sus fuentes y manantiales se pierde en el tiempo. Testimonios abundantes de la época romana de los Baños de Cela nos hablan de un ininterrumpido poblamiento desde las épocas prehistóricas.
"Ayuntamiento"
No en vano el valle del Almanzora fue una ruta que articuló el Levante peninsular con el Occidente atlántico. Los censos más antiguos nos hablan de una ciudad murada de una sola puerta, en la que vivían en el siglo XVI, según lo recoge Tapia, 621 moriscos y 5 cristianos viejos.
Hoy el panorama demográfico no ha cambiado mucho. En el último censo de 1991 sólo cuenta con 780 habitantes. El transcurrir de la historia nos habla de una evolución demográfica en función de los avatares- económicos, pero siempre dentro de unos parámetros de modestia. Así, en el siglo XIX, el término de Lúcar acogía a 1.445 almas, que cien años más tarde serán 1.364, distribuidas entre el núcleo y los caseríos de Almaceta, Las Alquerías, Cela y el Pinar.
Solamente a partir de 1985 Lúcar conoce el retorno de los que se fueron y con ellos el inicio de una fase de poblamiento de los que desean olvidar un modelo de civilización urbana al que un día tuvieron que acogerse. Ellos han constituido uno de los capítulos más interesantes de la historia de Almería, de España y de América; son los Marín de Poveda, virrey de la Plata uno, pacificador de Chile otro, catedrático en Sucre un tercero.
Tal vez junto al virgitano Berrio fueron las únicas e importantes aportaciones de los almerienses a la conquista y desarrollo del Nuevo Mundo...Una historia que queda por escribir y conocer.
Madoz nos habla de sus fábricas de telas de lino y de sus canteras de jaboncillo; períodos más recientes no entroncan con una actividad minera, cuyas minas abandonadas son un claro testigo de otra época y de otros momentos de la historia; los minerales de cobre, malaquita y azurita nos entroncan las industrias contemporáneas con las de la época prehistórica.
Hoy la minería es un reducto, una licencia industrial de actividades mineras es toda la referencia a un pasado significativo. De igual forma las tres licencias en el sector de la madera evocan un pasado de artesanos carpinteros.
En Lúcar, como en muchos pueblos de la provincia, la economía es primaria y terciaria,agricultura y servicios; entre los cuales, el comercio, la restauración y los transportes ocupan a la mayor parte de los efectivos de la población activa del sector.
Pero hay algo en Lúcar que es más que paisaje y economía, son sus hijos ilustres, desconocidos por muchos de los almerienses.
Nos sumergiremos en la piscina natural que data de la época romana, que actualmente está perfectamente acondicionada, y disfrutar de sus jardines y de un plácido baño relajante.
Antes de llegar al interior de Lúcar, les recomendamos que nos asomemos al mirador de la sierra, dando colorido las plantacioes de cerezos y huertas al árido pero bello paisaje.
En en interior del casco urbano podremos disfrutar de un relajante paseo por sus engalanadas y encaladas calles, donde la arquitectura tradicional nos recordarán a las construcciones rústicas prehistóricas.Su arquitectura tradicional presenta elementos de interés que se hacen extensibles a las viviendas trogloditas aún visibles. Sin duda el disfrutar de la cocina tradicional será otro de los alicientes para visitar este bello municipio Almeriense.
Los platos típicos de Lúcar son un ejemplo palapable de la calidad gastronómica con la que cuenta el Alto Almanzora, en la que podemos destacar:
Potaje blanco. Sopa de ajo. Migas. Olla de trigo. Gurullos. Gachas. Patas de cordero estofadas. Hornazos.
Monumentos.
Resulta admirable el esfuerzo del hombre por encontrar un alojamiento digno, en estos carpes rocosos.
Como monumentos podemos destacar la Iglesia, el Ayuntamiento y el arco del Balcón del Almanzora.
Fiestas.
Descubra la fiesta grande por execelencia de Lúcar,San Sebastián, y de las hogueras que se prenden en su víspera. Reviva de la mano de los propios aldeanos el enfrentamiento entre moros y cristianos.
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