jueves, 21 de marzo de 2013

Olula del Rio.-Almeria

Olula del Río es un municipio español de la provincia de AlmeríaAndalucía. En el año 2012 contaba con 6 500 habitantes.Se encuentra situada a una altitud de 482 metros y a 83 kilómetros de la capital de provincia, Almería. Olula del Río pertenece a la Comarca del Almanzora, en el Norte de la Provincia de Almería limitando con parte de los pueblos del valle: PurchenaMacaelUrrácalFines... Cuenta con 6.654 habitantes en marzo de 2007 y se caracteriza por una industria de la elaboración del mármol bastante desarrollada.
Historia y Origenes.
Los primeros vestigios del pasado habitado que encontramos en el término corresponden al Neolítico y período del Cobre, y se localizan numerosos restos al pie de la sierra de Olula, destacando el yacimiento de la cueva de Humosa, pero la realidad histórica se inicia con los árabes, de cuya época quedan suficientes vestigios en modelos de construcción, urbanismo, torreones y un aljibe; el poblado primitivo de Olula se encuentra asentado sobre el margen derecho del río, en un lugar escarpado de fácil defensa sobre una roca que le sirve de base, la Piedra Ver de Olula, considerada como un símbolo de la localidad.H. de Jorquera decía (en Lentisco): «En sitio deleitoso y agradable para la vista y con buena fortaleça, en dicho valle del Almançora, está la villa de Oluia a quien las aguas del río la fructifican, con que abunda de todo mantenimiento siendo su cría de seda muy buena, frutas y legumbres. Habítanla cien vecinos con una parroquia diócesis de Almería: su fundación no consta...» 
En 1488, durante la conquista de Almería por los Reyes Católicos, se producen las capitulaciones de los lugares del río Almanzora y Sierra de los Filabres y a continuación Purchena, Urracal y Olula del Río son entregados en señorío a Luis de la Cerda, duque de Medinaceli, permaneciendo en su poder hasta 1560, en que pasan a ser tierras propiedad de la Corona, pero vendidas posteriormente a Miguel Serrano, hombre que se distinguió por la pacificación en la revuelta de los moriscos. 

Al morir, pasa la posesión a su hijo Andrés Serrano, hasta que en el siglo XVIII el nuevo propietario del señorío es don Diego Manuel Mesía y Serrano. En la época de la conquista, según Cristina Segura, había huertas donde se cultivaban frutales variados, olivos y parrales y algo de cereal. El moral era el árbol que más aportaba a la economía de los Filabres, por la gran dedicación de sus gentes a la cría del gusano de seda, obteniéndose buenos beneficios. 

Los marineros genoveses al comercializar la seda fueron los grandes beneficiados; el ganado vacuno era escaso y algo más numeroso el lanar y el cabrío, siendo famosas en Almería las salinas de Adra, las minas de plomo de Berja y las canteras de Mármol de Macael. 

Algunos de los moriscos expulsados que no querían abandonar sus casas o tierras, dice Cabrillana, que se transformaron en bandoleros sádicos y refinados de la sierra. Encontraron en la rebelión la ocasión deseada para vengar todos los sufrimientos soportados y agrupados en torno al Gorri o el Ramí; realizaron sus actuaciones por el Valle del Almanzora y el río de Almería, y estos monfíes complicaron la vida a sus habitantes y participaron en acuchillamientos, quema de cristianos, incendio de los templos y robos continuos en la zona de Purchena-Olula 

La ofensiva cristiana al frente del Marqués de los Vélez, que reunió en Vélez Blanco el 2 de enero de 1569 numerosos soldados, infantes y caballeros de distintos pueblos y, atravesando por Olula el valle del Almanzora y superando el murallón de los Filabres llegó a la villa de Tabernas en su camino hacia el valle del Andarax. Cuando don Juan llegaba a estas villas, los moriscos, aprovechando la noche, la abandonaban. Así, por ejemplo Tíjola fue conquistada el 25 de marzo de 1570, pero sólo encontraron en el pueblo a las mujeres y a algunos hombres enfermos; esa misma táctica utilizaron los moriscos de Cantoria y los pueblos limítrofes. 

Con don Juan de Austria se intensifica el enfrentamiento, y en el alto Almanzora los moriscos, desde los cerros, observaban el movimiento de las tropas sin presentar batalla y con ahumadas avisaban a los vecinos de Purchena, Olula, Tíjola y otros pueblos del Almanzora. Durante la sublevación de los moriscos en Olula apareció una resistencia a la idea revolucionaria, que es fácilmente explicable debido a que los moriscos llevaban mucho tiempo viviendo en armonía con los cristianos y compartían algunas tradiciones y métodos de producción. No todos los moriscos de Olula se dedicaban a la actividad agrícola, había un grupo dedicado a los oficios de trajinería (molinería, transporte y mercadería de la seda...). 

Desde la segunda mitad del siglo XVI hasta el primer tercio del siglo XX, es un pueblo eminentemente agrícola y ganadero, pero evolucionando hacia un núcleo de población industrial, laboriosa, dinámica y con mucho futuro. A partir de los años cincuenta se produce el despegue industrial, acogiendo posteriormente gran cantidad de inmigrantes de los pueblos circundantes, pasando su población de 1.800 habitantes censados en 1939, a los cerca de 7.000 que existen en la actualidad.
Turismo.
Puede llamar nuestra atención, en todo el paisaje que venimos observando, la proximidad y airosa ubicación de los caseríos y diferentes pueblos, al margen de la superficie fértil de la corriente fluvial. Efectivamente, todo nuestro periplo permite apreciar un típico poblamiento lineal, de similares características al que aparece a lo largo de los oasis del norte de África. 

Los antiguos pobladores tenían sabias razones para esta ubicación. La primera, era la de no desaprovechar el exiguo terreno fértil con las edificaciones. La segunda, la de proteger el caserío, en épocas de crecidas y grandes avenidas. Sin más dilaciones, se muestra ante nosotros Olula del Río, en pleno centro de la Comarca del Mármol. 
Cuando entremos en sus calles y observemos sus aceras y fachadas, reconoceremos fácilmente el porqué de este topónimo. Destaca la atención la localización de su núcleo urbano sobre un pequeño resalte, cercano a otros de mayor proporción. En uno de ellos, el más fácilmente defendible por lo escarpado del terreno, pudiera haberse situado la primitiva población andalusí de La Piedra Ver de Olula. Aún hoy, pueden descubrirse allí los restos de lo que pudo ser una fortificación árabe y alguna cueva, hace tiempo abandonada.
Dos edificios religiosos sobresalen por muy distintas características. El más antiguo, la iglesia de San Sebastián, de finales del siglo XVIII, se construyó con un proyecto de Ventura Rodríguez en un marcado estilo neoclásico y nos muestra en su sencillez una curiosa planta de cruz griega.El otro edificio religioso: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (de este siglo), tiene la particularidad de estar construido por entero con mármol, como no podía ser menos en estos pagos. 

Proponemos al viajero que visite la en sus fiestas patronales, dedicadas a San Sebastián y San Ildefonso, entre el 19 y 23 de enero, también conocidas como del Pan y las Carretillas, por tener dos celebraciones bien distintas. La nocturna consiste en una verdadera batalla de cohetes (no explosivos) y la diurna en otra ocasionada por el intento de colgar del santo los cientos, y hasta miles, de roscas que se tiran desde las casas. Curioso ciclo festivo que enriquece la tradición de estas tierras. Si se quiere plantear un paseo, no dude en acercarse al área recreativa del Parque del Pinatar, propicio para pasar un relajado día de campo con la posibilidad de pernoctar en el área de acampada. Desde allí podrá practicar el senderismo por sus inmediaciones.

Gastronomia.
Migas: Elaboradas con harina de trigo o de maíz, agua, aceite y sal. Se acompañan de caldo de pescado, hervido de pimientos rojos y verdes, asados y secos, tomate seco, aceite y ajos y de "tajas" (trozos pequeños. fritos de costilla, magra y saúra, todos ellos de cerdo). También se suelen acompañar de trozos de morcilla frita, pimientos fritos secos, tomates, ajos tiernos asados, rábanos, etc... 
Pelotas: Puchero o potaje al que se le añaden albóndigas hechas de harina de maíz, longaniza, pimientos rojos y ajos. 
Gurullos: Trozos pequeños de masa de harina que se añaden al guiso y que a veces llevan perdiz. o conejo. 
Gazpacho: Se hace con agua, vinagre, pepino, cebolla y tomate. Se aliña con ajo y se le añaden sopas de pan. 
Remojón: Se elabora con patas, pimientos colorados, pimientos verdes secos y ajos. Todo esto y una vez cocido se machaca y se le agrega longaniza, trozos de tocino frito, bacalao y se adorna con trozos de huevo cocido. 
Puchero: Especie de cocido de garbanzos, carne de cerdo, morcilla, patatas y verduras. 
Trigo guisao: Puchero al que se le añade trigo que previamente se ha picado y que después se remoja. Se puede realizar como puchero o potaje y en este caso se le pone hinojos y nabos. 
Caldo de huevos: Guisado con sofrito de tomate, cebolla, ajos, pimientos, papas y huevos. 
Ajo: Elaborado con migas de pan mojadas en vinagre, almendras peladas, ajos, aceite, patas cocidas y sal. Se bate hasta convertirlo en una , salsa. Se come con patatas cocidas, con pan, con patatas fritas, etc... 
Gachas (elaboradas a base de harina, tomate, pimientos, ajo, pescado y aceite). 
Embutidos 
Fritada 

Dulces 
Roscos de Semana Santa 
Soplillos de huevo y almendra 
Mantecados de miel 
Rosquillos de vino 
Roscos de aguardiente 
Roscos de naranja 
Almendrados 
Suspiros 
Alfajores de almendras 
Empanadillas rellenas 
Cuajao de almendras
Monumentos.

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